CONTRACULTA

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jueves, 5 de febrero de 2015

Comedia romántica a la mexicana




Recuerdo cuando mis compañeras de secundaria y preparatoria comentaban los días lunes las películas románticas que habían visto el fin de semana y también recuerdo ser la única que no podía comentar nada sobre el tema ya que por esas épocas empleaba los fines de semana para pasar tiempo de calidad con mi papá, quien estaba recién separado de mi madre. Pero un día llegó el inevitable momento en el que quise ver las películas comentadas y así tener algo de que hablar con ellas al iniciar la semana. ¿Mi veredicto? Entretenidas, algunas graciosas pero definitivamente alejadas de la realidad, al menos de la realidad que yo veía; es decir mientras en la trama del 98% de dichas películas la protagonista es una mujer con carrera, rondando los 40 años (que aquí ya se consideraría solterona), con un buen empleo y un lindo departamento y que es pretendida por algún director de alguna empresa o algún creativo muy reconocido que usa trajes carísimos y ninguno de los 2 tiene hijos. Aquí tenemos a la chavita que apenas rebasa los 20 (en el mejor de los casos), le cuesta trabajo sacar buenas calificaciones y prefiere ser novia del chavo más grande que tiene problemas en casa, la engaña y de lejos se ve que no tendrá un buen futuro, que de su compañero buena onda que la está rondando pero que sabe nunca será correspondido.



Y así en nuestras historias de amor las cosas no salen bien al final, el tipo sigue viviendo con sus padres, sin empleo, con preparatoria trunca, 4 novias y 2 hijos con una y 1 con otra, mientras la chica sufre por solventar los gastos de una madre soltera y el estigma de conseguir una pareja que la acepte a ella y a su hijo/a producto de una relación fallida y apresurada que nada tuvo que ver con los guiones interpretados por Sara Jessica Parker y Hugh Grant.



Al principio creía que dichos churros hollywoodenses eran los culpables de los terribles desenlaces amorosos de nuestra clase media baja y argumentaba que mientras las mujeres querían su cuento romántico con un final tipo "y vivieron felices para siempre", los hombres tomaban como role model la insufrible saga de Rápido y furioso, ¡Tal para cual! ¿Apoco no?



Pero la verdad es que la chavita de clase media mexicana siempre se siente atraída por el perdedor y es algo que arrastramos por 3 o hasta 4 periodos de nuestra juventud. ¿Apoco no suena romántico que me imagine haciendo vida con aquel tipo consumidor de marihuana que sigue pensando que National Geographic es un canal cultural, que apenas si ve a su hijo y cuya fuente de ingresos es vender chacharas en el tianguis; pero nunca consideré ser novia de aquel tipo con buen tema de conversación, ideas centradas, planes cimentados de su futuro y en general un porte netamente gallardo? Si lo anterior fuera la primicia para la trama de una de esas películas que pasan los fines de semana en televisión abierta, seguro al final terminaría corriendo arrepentida a los brazos del buen chico quien me aceptaría aún después de haberlo pisoteado, humillado y hacerlo menos por el otro tipo que me acabo de dar cuenta nunca me quiso... Pero no es una película, es la vida real y cagarla es humano así que al final de esta comedia romántica a la mexicana lo único que queda es reprochar: ¡Todos los hombres son iguales!

Solange G (Sin punto)

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